miércoles, 30 de septiembre de 2009

San Miguel


El día 29 de Septiembre en Nódalo se celebra y se ha celebrado siempre San Miguel. Hace años la festividad era tovavía más importante que el 20 de Mayo. Eran dos días de fiesta, cada día con su misa correspondiente, el primero de alegría y el segundo de difuntos.
Como os digo había misa, después el Ayuntamiento en pleno, en casa del alcalde se tomaban los anises de rigor y a continuación los gaiteros de la Cuenca amenizaban la función. La verdad es que sus componentes nunca habían visitado el conservatorio de música, pero vapuleaban la guitarra, el laud y la bandurria, acompañados por el acordeón, que no veas.

Este año como en años anteriores ha estado bastante descafinada la fiesta, al caer en un martes todavía hacia más difícil que la gente relacionada con el pueblo pudiera asistir. Tengo entendido que hasta el mismo cura, Don Javier, en Nódalo todavía se les sigue llamando de Don, ya pensaba de antemano que la presencia sería mínima.

Y así fue, se congregaron no más de 10 personas, incluido el cura y la persona que llevaba las cartas. Ya es hora de desterrar el pensamiento de que cuantos menos vengan, más nos toca.

Se ve que hubo concordia, unos pusieron el salchichón, otros el chorizo, Fortu unas tortillitas de patatas con pimiento que tuvieron mucho éxito, otros el vermú y asi entre unos y otros se celebró la fiesta.

El ambiente bastante desangelado creo que ha hecho recapacitar a Emilio, el alcalde, y el próximo año lo trasladará al fin de semana, al menos habrá más marcha.

A pesar de todo, Charo se atrevió a asistir, cosa que me alegra muchísimo, después de la convalecencia de la operación reciente que tuvo de cadera. ¡Ánimo!

lunes, 21 de septiembre de 2009

El futuro de Nódalo


Cuando se habla del futuro se suele decir que es incierto, incierto porque no se sabe lo que va a suceder. Una pena de que hablando del futuro de Nódalo no se pueda pensar lo mismo. Si nos preguntamos que será del pueblo una vez que los Antonino, Félix, Martín y compañía ya no estén, no hay que ser ningún adivinador para saber que se convertirá en pueblo fantasma. Al menos entre semana.

Contradictoriamente a lo dicho, es ahora cuando más casas se han rehabilitado. El pueblo da gusto verlo sin un portillo, pero lo triste es que tampoco se ve a la gente. Si hoy es ya complicado tropezarte con alguien cuando bajas a dar una vuelta, imaginad la lotería que puede ser echar una parrafada un lunes cualquiera de Noviembre dentro de no muchos años.
Siempre nos quedará sentarnos debajo de uno de esos descomunales molinos de viento que según me ha contado un pajarito nos van a colocar, eso sí, sólo en terreno del Ayuntamiento. Esperemos no nos pase lo que a Don Quijote.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Las campanas de Nódalo



Ya se han pasado un año más las fiestas de Nódalo. Es en estos días cuando oigo sonar las campanas de la iglesia citándonos a misa. Antes se subía por una escalerilla vieja de madera hasta el mismo campanario y desde allí se podían voltear, ahora, después de su remodelación , sólo queda la opción B, hacerlo desde abajo.


La campana, hecha de bronce y con badajo de hierro, fue introducida por los cristianos por primera vez en Italia en el S.VI de la mano de los monjes benedictinos. Después las hicieron más grandes y se construyeron torres para colocarlas para que su sonido se pudiera escuchar más lejos.

Si preguntamos a nuestros mayores, seguro que todavía se acordaran de aquellos tiempos sin relojes, como las campanas y su lenguaje siempre estaba presente en la vida cotidiana. Les hablaban a través de sus tañidos.

Reconocían el toque lánguido y lastimero que les indicaba que alguien había muerto, incluso dependiendo de su repique se llegaba a saber si el finado era niño o mayor. Era el toque de los Clamores.

Si era más insistente se sabía que se había declarado fuego y que tenían que dejarlo todo para ayudar a sofocarlo. En muchas ocasiones se acudía a pueblos vecinos, ese sonido de las campanas era el mejor correo.

A las doce del mediodía se tocaba a Ángelus, todos lo agradecían, hasta los no creyentes, al menos descansaban un ratito mientras duraba esa oración que tenían que rezar.

Avisaban también a concejo o a “hacenderas” por si había que ir a segar la hierba para el toro, a arreglar la Calzadilla, a quitar hierbas de la Senda o a preparar esos arcos triunfales que se colocaban en las entradas del pueblo cuando nos visitaba el obispo. Una pena que ya se haya perdido esa costumbre, al menos la gente, aunque sólo fuera una mañana arrimaba el hombro para conseguir fines comunes, se mejoraban las relaciones personales que buena falta hacían por aquél entonces y buena falta hace hoy día.

Recuerdo algunos años ese toque a rogativas, que se hacía en la ermita de la Virgen de Inodejo, se sacaba a la Virgen en procesión acompañada de toda la concordia para que lloviera, las campanas no cesaban de sonar, algunas veces llovía, otras granizaba y era peor el remedio que la enfermedad.

Durante la guerra civil su tañido anunciaba la posibilidad de un bombardeo o la victoria sobre el enemigo.

En algunos lugares se tocaban también para anunciar el alba, cuando se veía por el cielo un nubarrón que podía destrozar toda la cosecha o para anunciar incluso la víspera de fiesta.

Hoy, el que se utiliza más frecuentemente es el toque que nos anuncia la misa, primero de una manera rápida y alegre y más tarde lo que llamamos “a terceras”, que nos anuncian la misa en última convocatoria, a mi mujer siempre la pillan terminándose de arreglar y comienzan las prisas.


Os comento ahora unos datos de las campanas de nuestro pueblo según los datos que constan en el inventario de campanas en la provincia de Soria que confeccionó la Junta de castilla y León en 2007.




La que está colocada en el vano derecho se le llama la de San Miguel Arcangel, la fundieron Marcelino y Narciso Güemes en el año 1896, y pesa 130 kilos, como para echársela al hombro.
Lleva diferentes epigrafías, en ellas se puede leer: DEDICADA A SAN MIGUEL ARCANGEL y también MARCECLINO/ Y NARCISO/ GUEMES ME/ HICIERON/ ANO 1896. Se aprecian además puntas de sierra con flores con cuatro cordones en el Medio pie.
Su estado de conservación es malo, está arpada y al colocarle el yugo nuevo la pusieron al revés.




La del vano izquierdo está dedicada a San Martín. Se fundió en el año 1842 y pesa 119 kilos. En ella se puede leer SANCTE MARTINE ORA PRO NOBIA AÑO DE 1842 en letras mayúsculas de molde y tiene tres cordones en el Medio pie y uno en el pie. Su estado de conservación es bueno.

Seguro que a muchos de vosotros os gustaría subir al campanario a fijaros en estos detalles comentados, una pena que ya no pueda hacerse.