domingo, 19 de junio de 2011

Inodejo


Hoy se ha celebrado la Virgen de Inodejo. Hace casi 30 años que no he podido asistir. Sí que recuerdo que era un día especial donde se reunía muchísima gente de los pueblos de la concordia. Aprovechaban la fecha algunos de los que habitualmente vivían fuera para pasar un día con la propia familia y conocidos, compartiendo avatares.

Según me han contado, por allá, se han visto a casi todos los del pueblo, a Damían, Fortu, Rosario y familia, mis padres, la familia de Agapito y demás. Unos han ido a comer al pueblo y otros como mandan los cánones han comido en Inodejo.

Como dice mi madre: un año más que hemos podido venir, ¡Ojalá que sean muchos!.

jueves, 9 de junio de 2011

La gran comilona

Ya os comenté que se lo habían pasado de maravilla en la comilona que prepararon con el bicho que había pillado Damián.
Os dejo con el reportaje gráfico que me ha enviado Carlos, para que veáis que no os había mentido.
La Rufina también tiene su protagonismo.


Moviendo la pócima como el gran Obelis


Se ve que había apetito


Damián el gran anfitrión


Hombre, mis padres...


La Charo...


Puri, Angelines...


Natalia y su marido...


Los hombres ya más tranquilos...


Y como veo ya llega el momento del responso...


Y no sabéis lo que me alegro de ver a Julián...

lunes, 6 de junio de 2011

La vida


La vida es así.
La laboriosa niñez.
La falta de cariño.
La juventud.
La L de amor.

Ese canturreo.
Esas ilusiones.
Esas preocupaciones.
Esas noches sin dormir.
Esa inexperiencia.

Los años compartidos.
Las sonrisas.
Los llantos.
La esperanza.
Su adolescencia.
Su vuelo.
Su libertad.
La soledad entre dos.

El afán.
El madrugar.
El trabajar.
El poco descansar.
El alzar la cabeza y ...barruntar.

Las canas teñidas, o sin teñir.
Los años añejos.
Las encorvadas arrugas.
Los ojillos vidriosos.
Las manos tintileantes.
Los lerdos andares.
Los vivos recuerdos.

Ese dejar de soñar.
Ese desasosiego.
Ese no comprender que…
El tren continúa.
Y que ha de persistir.
Y que el día que frene y pare,
Estarás en esa estación,
De la que nunca,
El camino reanudarás.

A mi padre