Después de la tempestad llega la calma. Os dejo una foto de hace unos días que estuve por Nódalo. Los colores del otoño se dejaban sentir. Ese amarillo invitaba a la contemplación y al sosiego. Podéis cerrar los ojos y dejar suelta la imaginación.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
En Nódalo siempre hay calma... Por lo menos, yo allí siempre la encuentro. Gracias por la fotito, Javier. Un saludo a todos. Maribel, la del Damián.
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En Nódalo siempre hay calma... Por lo menos, yo allí siempre la encuentro. Gracias por la fotito, Javier. Un saludo a todos. Maribel, la del Damián.
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