Asomamos por la Mata. Me llama la atención el color blanco inmaculado de las letras que me indican el nombre del pueblo que tengo a poco menos de un kilómetro, Nódalo. Las han pintado como siempre hacen cuando se aproxima la fiesta de San Lorenzo. Este año se han adelantado.
El pueblo está vacio. No se oye ni una mosca. Cosa rara. Un
poco más arriba se empiezan a oír murmullo de gente, debe de ser en la
secretaria. Llego tarde al piscolabis que se ha improvisado después de la misa.
Esta vez se ve que habían degustado cangrejos.
Después de saludar a los
presentes me ofrecen una cervecita. Me encuentro con Damián y Charo, Fortu,
Concha y marido, mis padres y Ricardo, mi hermano Jesús y mi cuñada Milagros, Martín, Víctor, Merce, Juanito
y su hermana Vitoria, Paca, Antonio y Juanito, el alcalde.
También andaban por
el pueblo Félix y Saturio, Alberto y Ruth, la familia del Restituto y Agustina
y de Agapito al completo.
Hoy seguro que no pega la zorra con tanto jaleo.
Hoy seguro que no pega la zorra con tanto jaleo.
Es Juanito el que me comenta por encima, en primicia, el
cartel de fiestas de este año.
El jueves, día 9, al mediodía se hará la comida popular, con
la paella, lo mismo que el año pasado, como plato principal. A media tarde la
competición de guiñote y cucañas para los más pequeños. Antes y después de la
cena, verbenilla a cargo de un trío que dejo en suspense.
A eso de las once y media os pasaré unos recuerdos en forma de imágenes y vídeo de hace casi 25 años, os va sorprender el vernos y escucharnos después de tantos años. Todos y todas estábamos más guapos y jóvenes. Recordaremos a muchos de nuestros familiares y vecinos que ya nos han dejado.
De madrugada gran chocolatada para recuperar fuerzas.
A eso de las once y media os pasaré unos recuerdos en forma de imágenes y vídeo de hace casi 25 años, os va sorprender el vernos y escucharnos después de tantos años. Todos y todas estábamos más guapos y jóvenes. Recordaremos a muchos de nuestros familiares y vecinos que ya nos han dejado.
De madrugada gran chocolatada para recuperar fuerzas.
El viernes, día 10, es el día grande. Comenzaremos con la diana, el moscatel, anís
y las pastitas. La misa y la procesión. La subasta tradicional de las roscas y
un tentempié antes de comer cada uno en su casa.
Ya por la tarde, los bolos, la tanguilla con la horchata que seguro nos ofrecerá Damián, el barreño y de nuevo grandes verbenas a cargo de ese trío del que desconozco su nombre.
Ya por la tarde, los bolos, la tanguilla con la horchata que seguro nos ofrecerá Damián, el barreño y de nuevo grandes verbenas a cargo de ese trío del que desconozco su nombre.
Como veis no hay muchas novedades pero con los tiempos que
corren pienso que es un gran éxito el poder conservar los mismos actos y
entretenimientos que años anteriores.
Cuando tenga el cartel oficial os lo colgaré.
1 comentario:
Echaré en falta a mi marido que tanto le gustan estas fiestas, el que toma recta la plaza cuando todos la vemos inclinada (jajajaja) Pero este año tambien promete, igual que el pasado, todos unidos con el mismo fin, pasárnoslo muy bien.
Un saludo
Ruth Jiménez
(antigua casa Fidela)
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