Ya os he hablado en una entrada anterior del arqueólogo de Nódalo Miguel Ángel López Marcos. Hoy os cuelgo el artículo del diario Público.es de la entrevista que concedió a EFE, para que os deis una idea de la profesionalidad y la envergadura de los trabajos acometidos por él.
No se trata de un arqueólogo más.
El español Miguel Ángel López Marcos dirige los trabajos de restauración
del tercer coloso de Memnon, que preside la entrada norte del templo funerario
dedicado a este faraón.
Fotografía
cedida por el restaurador Miguel Angel López Marcos, del tercer coloso de
Memnon.- Miguel Angel López Marcos (EFE)
Observado desde la carretera que
conduce al famoso valle de los Reyes, en Luxor, el tercer coloso de Memnon recuerda
la imagen fantasmal del jinete sin cabezaque Washington Irving recreó en su
no menos afamado Sleepy Hollow.
Una figura vívida en reposo, con la testa amputada a los pies a la
espera que un alma buena se apiade de su desgracia y le ayude a recuperar su majestuosa
figura.
Levantada en abril de 2012, tras
más de tres mil años sepultada bajo agua y arena, la tercera estatua colosal
que presidía la entrada norte del templo funerario de Amenofis III luce ya casi
completa gracias a los
cuidados de Miguel Ángel López Marcos, el restaurador español que ideó el
complejo mecanismo para poner en pie sus trescientas toneladas.
Dos meses y medio más de arduo
trabajo, supervisados por la arqueóloga armenia Hourig Sourouzian, le han permitido
este año recuperar la pierna derecha, un brazo, una mano y parte del busto,
completando así el cuerpo de la más pequeña de las tres estatuas colosales que
se conservan del padre del celebre Ajenatón.
"La cabeza está lista,
restaurada y preparada para ponerla. Pesa unas 19 toneladas y esperamos poder
colocarla el próximo invierno", explica a Efe López Marcos al regreso de
una campaña que califica de espléndida pese a los problemas políticos y
económicos que ahora asfixian al pueblo egipcio.
Considerado uno de los mejores restauradores de
España, el soriano aceptó en 2004 el desafío de recuperar el tercer coloso de
Memnon, después de que varios ingenieros internacionales de prestigio
desecharan la posibilidad de erguirlo.
Tras más de 3.000 años sepultada bajo agua y arena, la tercera
estatua colosal que presidía la entrada norte del templo funerario de Amenofis
III luce ya casi completa
Su receta, un sistema de cojines
de aire comprimido con el que sacar las piedras de la falla donde habían
quedado enterradas tras el terremoto que asueló la región 1.200 años antes de
Cristo, y un sistema de poleas similar al que emplearon los creadores de la
obra hace tres milenios, tiradas por cerca de 300 obreros egipcios.
"Las piezas de 5, 14 y 19
toneladas de peso completan el perfil derecho de la estatua de cerca de 300
toneladas ahora", explica el español, que ha contado con la colaboración
del alemán Christian Perzlmeier y el egipcio Mohamed Alí el Gasab.
"El coloso norte del segundo
pilono es de menor tamaño que los colosos de Memnon, pero constituye ya un
referente en el arte escultórico de la época, debido al excelente estado de
conservación que presenta. La iconografía es idéntica a los del primer
pilono", agrega.
Curtido por los casi tres meses
de esfuerzo bajo el inclemente sol de Egipto, López Marcos, que dirige otros
proyectos de reconstrucción como el del castro de Baroña, en Galicia, explica
que la mayor dificultad
consistió en como encajar este puzzle ciclópeo sin riesgo de que vuelva a
desplomarse.
"Lo más difícil de la
campaña ha sido colocar las piezas porque el brazo había que pegarlo en lateral
y quedaban las 5 toneladas
fuera del cuerpo", señala.
"Ese brazo, que iba a quedar
fuera del cuerpo, debía soportar las casi 20 toneladas del busto, aparte de
aguantar las 19 de la cabeza el año que viene. Tuve que hacer un soporte
especial de resina epoxi y acero para sujetar las casi 40 toneladas extra de la
estatua", agrega.
La figura, igual de
majestuosa que sus famosas gemelas, a pesar de su menor tamaño, se yergue ahora
en el espacio en el que se colocó originariamente, en la
entrada del segundo pilono de un templo que se excava desde hace más de una
década y que ha dado diversos quebraderos de cabeza y muchas alegrías al equipo
que dirigen Sourouzian y Rainer Stadelmann por su especial constitución.
Un templo grandioso
Diseñado como una gigantesca
letra L que se asoma al Nilo y gira hacia el norte hacia el valle de los reyes,
el templo tenía dos entradas flanquedas por cuatro estatuas colosales: las dos
del este quedaron de pie tras el sismo, y presiden la entrada al paraíso
arqueológico de Egipto desde hace décadas.
"La próxima campaña se culminará la restauración y montaje
del coloso norte...y se acometerá la reconstrucción del coloso sur, el cuarto
de los colosos de Memnon"
Sus compañeras, de menor tamaño,
quedaron anegadas por la arena, aunque sobrevivieron en las crónicas y ya
hablaban de ellas mitos de la egiptología francesa como Cahampollion, en 1928,
y Wilkinson, en 1835.
Otros, como Borchardt en 1833, y
Habachi, en 1981, las describían como dos grandes estatuas de 13 metros de
altura esculpidas y decoradas en cuarcita.
Todas ellas representan al faraón
Amenhotep III (Amenofis en los textos griegos) de pie, tocado con una corona
blanca y vestido con un faldellín plisado adorado con un gran cinturón.
Junto a ellas, cada año salen a
la luz decenas de estatuas de la diosa leona Sejmet, que adornaban cada rincón
del kilométrico complejo funerario.
"La próxima campaña se culminará la restauración y
montaje del coloso norte...y se acometerá la reconstrucción del coloso sur,
el cuarto de los colosos de Memnon", que al igual que su compañero de
pilono ha sido hallado en el barro.
Para ello, hacen falta unas vigas
especiales de más de 12 metros de longitud con que construir un andamio
especial. Este año no disponíamos de esas maderas", apostilla.
Y es que una de las consecuencias
más negativas de la revuelta que en 2011 derrocó el régimen dictatorial de
Hosni Mubarak se refleja en la crisis que sufre el país, y en particular una de
sus principales fuentes de riqueza: la egiptología.
"Los trescientos obreros que esperan nuestra vuelta al año que
viene para poder ser contratados de nuevo tendrán que aguantar los nueve meses
restantes sin ingresos de ningún tipo vuelven a la huerta y a la economía de
subsistencia", apostilla.
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