Nódalo, mi pueblo
Me siento orgulloso
de ser de Nódalo. No es por presumir. Si paras a echar gasolina o tomar un
cafelito en la Venta Nueva, a tan solo tres kilómetros dirección Almazán se
encuentra mi pueblo. Haz una escapada. No te arrepentirás.
Verás un pueblo
cuidado. Verás un pueblo pequeñito pero coqueto y adecentado, estancado en un colorido valle.
Lo primero que te
llamará la atención es que como en Hollywood, en lo alto del Robedillo verás escrito con blancas piedras su nombre.
No hace falta que
vayas muy abrigado, su clima es más benévolo que en Soria capital, en pleno
invierno siempre se ganan unos dos o tres grados y si ya te metes por el monte
hay días que hasta te sobra la pelliza.
A veces pienso que
es un lugar mágico, allí parece que el tiempo se detiene, no os podéis imaginar
la cantidad de cosas que se pueden hacer en tan solo una tarde.
Tenemos de todo,
hasta río. Es el rio Sequillo, que nace en un paraje llamado Amagrales de la Mallona y el
Recuenco de las Fraguas y se junta en el Calzadillo para ir a parar a uno de
los lavaderos de Nódalo, hoy lleno de
taramocos y antaño lugar de reunión de nuestras madres y abuelas. Incluso ahora
no es complicado imaginárselas haciendo la colada de esas pesadas sábanas blancas
de algodón.
Rodeando
el pueblo tenemos un monte de carrasca, encina y enebro que genera
junto con los espliegares y el tomillo un aroma que para sí quisiera el mejor
ambientador del mundo. Por la primavera las laboriosas abejas son las máximas
privilegiadas.
Si te encanta el románico, dedica unos instantes a ver nuestra iglesia edificada en honor a San Miguel Arcángel, entre el siglo XII y el XIII.
La pena es que allá por el año
1963 y debido al terreno en el que fue edificada se desmoronó el ábside donde
se encontraba un cuidado retablo. Todas las imágenes, incluida la Virgen de
Lourdes, las guardaron en la escuela.
Y, como dicen por estos lares, las
desgracias nunca vienen solas, un mala noche, hace ya más de cincuenta años, la
maestra se dejo la estufa de leña encendida y acabó toda la escuela en llamas, destruyendo
todos los iconos que se habían guardado allí.
Aún sin destacar como la de Nafría la Llana, sí que te encontrarás
en su portada cuatro arquivoltas de medio punto, la primera, la tercera
y la cuarta se apoyan en pilastras escalonadas y la segunda en columnillas que
se elevan en un pequeño podio, si te fijas con más detalle verás que sus
capiteles son figurados.
Y si tienes la suerte de ir un día
que haya misa, que no es fácil, fijaos en la pila bautismal de la sacristía.
Una joya. Tiene forma hemisférica, y decorada con bocel en la embocadura,
seguido por una cenefa con tallos con forma de olas. La encontraréis un poco
triste, ya que ninguno de los párrocos que hemos tenido en los últimos
veinticinco años ha encontrado una excusa para verter agua en su interior.
Donde sí que encontrarás agua, es
en la pila aguabenditera, sí, esa que se
encuentra a la entrada de todas las iglesias y en la que nos mojamos
ligeramente los dedos antes de santiguarnos. Su cavidad tiene forma de capitel
con decoración vegetal. Tiene una ornamentación a base de de hojas pareadas muy
salientes. Aparecen también representaciones de cabezas humanas y de animales.
No creáis que se trata de una pila
cualquiera, pensad que fue expuesta en la exposición de las Edades del Hombre
que se celebró en el Burgo de Osma, ¡Ay es nada!
La iglesia, por lo que expuesto antes, carece
de gran retablo pero sí que podemos encontrar la imagen en bajo relieve de San
Lorenzo, rescatada de la derruida ermita que había en los Prados y que ha sido
restaurada con todo detalle por un hijo del pueblo, Miguel Ángel López Marcos, arqueólogo
conocido universalmente sobre todo por la recuperación del Egipto colosal destruido en el año 27 antes de Cristo.
Y ya que estás aquí alza la vista, observarás su campanario, con sus dos robustas campanas, que cuando más se hacen
notar es por la fiesta patronal de San Lorenzo. La del vano izquierdo está dedicada a San
Martín. Se fundió en el año 1842 y la que está colocada en el vano derecho se
le llama la de San Miguel Arcangel, la fundieron Marcelino y Narciso Güemes en
el año 1896, y pesa 130 kilos. ¡Cómo para cargárnosla al hombro!
Cierra por un momento los ojos e imagina sus tañidos, que avisaban que
alguien había muerto; que se había declarado fuego en el pueblo, como cuando se
quemó la escuela; a “hacenderas”, si
había que ir a segar la hierba para el toro, a arreglar la Calzadilla, a quitar
hierbas de la Senda o a preparar esos arcos triunfales que se colocaban en las
entradas del pueblo cuando nos venía a ver
el obispo.
Al menos entonces la gente, aunque sólo fuera una mañana arrimaba el
hombro para conseguir mejoras comunitarias, ayudaba a mejorar las relaciones
personales que a veces buena falta hacían.
Si todavía no has abierto los ojos es posible que oigas los balidos de las
ovejas, que con toda seguridad no sabrás si son blancas o negras.
Los de Nódalo aprovechamos cualquier motivo para compartir, para
reunirnos en torno a una buena mesa y un buen mantel. Ahora será un poco más
difícil ya que no está entre nosotros Damián, el gran dinamizador de muchas de
las reuniones culinarias que hemos hecho en el pueblo.
Si llega Semana Santa, pues como por las Cataluñas, una buena
calçotada, este año ya en su cuarta edición.
Si llega Navidad, una cenita con las doce uvas aunque sea el día de los
Inocentes.
Cómo veis no hace falta que sea fiesta, cualquier excusa es buena.
Y hablando de fiestas, ¡Qué recuerdos! Cuando despierta la primavera, San Baudelio, el 20 de mayo.
Curiosamente yo siempre he oído decir eso de “es 20 mayo”, casi nunca es
San Baudelio.
Según cuenta la leyenda a San Baudelio se lo encontraron en un risco del
Hocino, en Nódalo, diciendo que venía del pueblo de Casillas.
Se enteraron los de Casillas y se lo quisieron
llevar; pero él no quiso marcharse. Dice
la tradición, cosa que no es cierta, que desde entonces los dos pueblos están
enfrentados, ya que los de Casillas decían que se lo habían robado.
Por eso la ermita de San Baudelio está en Casillas, cerca de Berlanga, que
por cierto, se le considera la Capilla Sixtina del arte mozárabe, y el Santo, o
mejor dicho, una reliquia del Santo, en Nódalo.
Me vienen a la memoria unos versos que hacen referencia a lo que os he
relatado:
San Baudelio bendito,
de Casillas has venido
en una burrita ciega,
a
las piedras del Hocino.
Hoy se aprovecha el día
para bendecir los campos.
Además de esta festividad
celebramos el día 29 de Setiembre, San Miguel y el día 10 de Agosto nuestras
fiestas patronales en honor a San Lorenzo.
Anualmente se preparan
diversos actos entre los que destacan la procesión con el santo, la comida de
hermandad y las grandes verbenas, no os olvidéis que tenemos la fama de ser los
más bailarines de la concordia.
Allá por el año 1965
ó 1966 desapareció la escuela del pueblo por falta de alumnos y los pocos niños
que quedábamos tuvimos que irnos internos a la escuela Hogar de Almazán. Meses
muy duros sin poder ver a la familia.
Nódalo aguanta desde
hace años el problema de la despoblación. Y digo que la aguanta porque su
población, aunque reducida continúa siendo estable. Viven más de los que están
empadronados, y otros pernoctando algunos días de la semana, como en cualquier
otro pueblo de la pedanía.
Ojalá nuestros
responsables municipales sean capaces de
cavilar y cavilar para sacar de la mágica chistera esa solución que haga
presagiar un mejor, próspero y halagador futuro.
A la plaza de Nódalo
se le otorgó el nombre de Plácido Verde en honor de un sacerdote nacido en 1873
y fusilado en Vicálvaro en 1936, año de comienzo de la Guerra Civil. Actualmente se encuentra
en proceso de canonización.
Nuestra plaza ha
sido testigo de numerosos actos celebrados a lo largo de los años. Aquí se
celebra la comida de hermandad, la subasta de roscas y las verbenas para San
Lorenzo.
Para bailar en la
plaza de Nódalo se ha de ser un todoterreno para hacer que no se note su
inclinación, se suele acabar con dolor de gemelo, sólo de uno, pero merece la
pena.
Y acabo como
comencé, tú, que me estás leyendo, seguro que ya has oído hablar de Nódalo, que
hace ya no se cuanto tiempo que pasaste por la carretera.
Si quieres
corroborar todo lo que te he expuesto, ya sabes, entra, para al lado de la fuente y echa un trago de agua.
Relájate y date una
vuelta por sus calles…
De vez en cuando
detén tus pasos y agudiza los oídos, te voy a contar un secreto, a veces, nos
susurran al oído historias de nuestras gentes que te dejarán marcado para
siempre.
1 comentario:
Gracias a Javier por su colaboración para el programa de fiestas de Camaretas y Golmayo.
Para las próximas fiestas de Golmayo (28-31 Agosto) volverá a mostrar Nódalo a todos los vecinos de Golmayo.Como bien dice por problemas de espacio es imposible insertar todo el documento y el maquetador del programa lo recortó, haciendo alusión al enlace de su blogs para que quien lo desee lo pueda consultar.
Lo dicho, mil gracias Javier por tu colaboración.
Benito Serrano
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