Todos los Santos. Decido matar la mañana buscando setas por
Nódalo. No cuelgo fotos ni explico si encontré o no para evitar que después me
pongáis a parir con eso de que contribuyo al efecto llamada y me hagáis
responsable hasta de que vaya el Chicote.
La mañana es apacible. Nubes y sol. Ricardo me acompaña. Me
llama la atención el oír el canto de diversos pájaros, hasta distingo el
graznido de un grajo y el sonido
discordante de un arrandrajo. Una mariposa confundida revolotea cerca de mí.
Alzo la vista un momento del suelo y me veo sorprendido por
una veintena de buitres volando no muy altos. Muevo los brazos como un
poseso, no sea que tuvieran alguna duda.
Acabamos la búsqueda. Por el centro urbano del pueblo poca
cosa reseñable. Allí en el puente me topo con mi hermana, Ruth y compañía
echando una Mahou y una ganchada de calamares en su tinta, a mí me gustan más
los berberechos pero como soy una persona educada sin protestar los pruebo.
Deliciosos.
La fuente no hecha ni gota.
Se va haciendo tarde y ya pienso en el cocido con el que mi
madre nos agasajará en Soria.
Espero volver para Navidad.
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