lunes, 19 de abril de 2010

Isabel Mallo


Os dejo el testimonio de la hermana Isabel Mallo, de Nódalo aunque ella no menciona su pueblo, publicado en Sol de Fátima el 15 de noviembre del 2009, y en el que afirma haber recibido una gracia por la intercesión de la Hermana Lucía. Además el escrito se puede considerar como una parte de su biografía.
En esta foto la vemos con mi hermano Jesús, su madrina.

Después de leerlo que cada uno saque sus propias conclusiones.

Isabel Mallo Verde, Virgen Consagrada de 73 años, habiendo recibido una gracia especial por mediación de Lucía, pastorcita de Fátima. Quiero comunicar esta gracia especial de curación:
El día 31 de Julio, tuve una caída muy fuerte sufriendo aplastamiento de las vértebras lumbares y cola de caballo, quedando inmovilizada dos meses en cama, con mucho dolor rebelde al tratamiento de analgesia con parches de morfina.
En Octubre comencé la novena a Sor Lucía, y el día 13 de octubre, al terminar la novena, me levanté y pude caminar sin dificultad de dolor , subiendo y bajando escaleras. Desde ese momento dejé de tomar analgesia haciendo vida normal, sin reposo, pudiendo deambular sin dolor, y volviendo a ayudar a los enfermos realizando voluntariado por las casas.
El día 2 de Noviembre, fui al santuario de Fátima a dar gracias, y allí ofrecí la misa y el rosario. Desde allí pasé por Coimbra por el Carmelo, hablé con la superiora sobre este caso, y me dio unas reliquias de Sor Lucía, y me dijo que mandara el comunicado e historial al Carmelo. También me gustaría que mi caso saliera publicado en la revista Sol de Fátima, a la cual estoy suscrita.

Soy muy devota de la Virgen de Fátima desde niña al convivir en una familia profundamente cristiana, somos trece hermanos de los cuales dos somos religiosas, una de ellas Carmelita Misionera. Siempre he sido muy devota de Nuestra Señora de Fátima, de niña tuve un premio de catecismo que me llevaron a Fátima y a visitar a Lucía. Tuve la dicha y la gracia de ver a Lucía y poder hablar con ella y comunicarle que mi ilusión sería ser monja. Ella me contestó que la gracia me la iba la Santísima Virgen, y que ella iba a pedir por ello. Y así fue, pues ingresé en las misioneras de acción parroquial, desde donde nos llamo un obispo para ir a la misión de Angola, lugar donde no había llegado nunca ninguna religiosa. Así pues, fuimos a la selva de Angola, concretamente a Chipindo Sangueve. En el año 1974, vine a España para celebrar las bodas de oro de mis padres, y aproveché la ocasión para hacer un programa de radio y televisión y así poder conseguir un Land Rover para poder trasladar los enfermos en Angola.
Gracias al fantástico equipo “Ustedes son formidables” con Alberto Oliveras, conseguí tal vehículo y muchas más ayudas para el hospital de Angola.

Al poco tiempo de regresar a Angola, estalló la guerra, momento en el cual a pesar de las dificultades en las que vivíamos decidí quedarme voluntariamente. Llegué incluso a estar encarcelada donde nadie salía con vida, y allí estaba esperando el final. En ese momento fue cuando le pedí a Nuestra Señora de Fátima la liberación prometiendo que iría todos los trece de Mayo a Fátima. Fue gracias a la ayuda de tantos que rezaron por mí, que conseguí salir de la cárcel y regresar a España. Desde entonces voy a Fátima, todos los trece de Mayo con un grupo de peregrinos pasando el doce por el Carmelo, donde estaba Lucía.
He tenido la suerte de hablar varias veces con Sor Lucía, la primera vez cuando yo era niña, cuando estaba en las monjas Doroteas de Pontevedra. Y en 2006 cuando se hizo el traslado de sus restos a Fátima, tuve la suerte de asistir y acompañar hasta Fátima, lo cual fue muy emocionante.