martes, 21 de abril de 2009

Equilibrio


Y tanto que las de antes eran unas buenas equilibristas. Vemos en esta foto a Félix, el tio Pablo y la cuñada del Florentino, el de la venta Nueva. El paisaje inconfundible el de la fuente del pueblo, y esa mujer que con desparpajo transporta el botijo al alza, el caldero en la mano derecha y la botija en la cabeza. No penséis que era la única equilibrista, antes en los pueblos, y todavía lo recuerdo, llevaban hasta el lavadero toda la ropa que tenían que limpiar de esa manera, encima de la cabeza. Aquellas mujeres si que eran unas artistas.

viernes, 17 de abril de 2009

Colaborando


Desde aquí quiero agradecer a Fortu la deferencia de pasarme bastante material fotográfico que compartiré en este bloc con todos vosotros. Era de las pocas personas que entonces disponía de cámara fotográfica, y cada vez que venía de Madrid a Nódalo, plasmaba estos recuerdos que hoy no tienen precio.
Son fotos, algunas de la decada de los 50, donde aparecen los vecinos del pueblo realizando diferentes actividades.
Las que os he ido mostrando y algunas más, las había sacado de un album que mis padres guardaban como oro en paño.
Si alguno de vosotros me hace llegar algo que tenga una relación directa con el pasado, presente o futuro del pueblo, muy gustosamente lo publicaré para que todos podamos disfrutar de ello.
Gracias también a mi tío Martín López por su colaboración.
Saludos.

jueves, 9 de abril de 2009

El autobús de Nódalo


Correría el año 1950, y se celebraron en Nódalo, según me han contado, las bodas de oro del abuelo Agapito y la abuela Isabel, y este fue el autobús que fletaron en Madrid para venir al pueblo. Todo un detalle.

domingo, 5 de abril de 2009

Cagarrias



Es tiempo de Cagarrias. Otra cosa es que este año salgan. Me daré mis paseíllos, pero si no ha llovido a su momento la cosa se pone difícil.
Las cagarrias, a pesar del nombre tan poco sugerente, son unas setas que se recolectan por primavera y son muy cotizadas por los más famosos cocineros, tanto de Francia como de España. He leído que son las más apreciadas gastronómicamente después de la trufa, que por cierto también se da por los montes de Nódalo.
Se suelen presentar en los mercados deshidratadas, porque dicen que así tienen más sabor, las he visto por el mercado de la Boqueria, el más famoso de Barcelona, que se encuentra en las Ramblas, a 60.000 de las antiguas pesetas, el kilo. Dicen que así se conservan hasta un año a temperatura ambiente y tres años en el frigorífico.
Como vemos son un plato no para cada día, sólo para el domingo o celebraciones especiales.
Si son deshidratadas, sólo se tienen que remojar en leche, agua o cerveza durante 30 minutos.

Tienen forma cónica, están huecas y la parte interna es frágil, elástica y blancuzca. Las que encontramos por aquí son de color más o menos oscuro dependiendo de la zona, no tienen el mismo color las que encontramos por el Alto el Lomo, que son más oscuras, que las que encontramos por la Sima que son más claritas.

A la hora de prepararlas deben estar cocinadas, ya que en crudo son algo indigestas, y si no que se lo pregunten al Agapito o a mi mujer, que ya ni las prueban, después de que en una ocasión les crearan algún que otro problemilla. Por aquí se suelen cocer antes de hacer el típico revuelto.

A mí siempre me han sentado de maravilla, por lo que seguiré disfrutando de ellas, si salen este año. Por cierto las de la foto las recolectamos el año pasado.