Sé que hoy debería hablaros de fiestas y jolgorio, pero tengo que teñir este espacio de encuentro, de nuevo, de luto.
Ayer enterramos a Damián. En pocos días nos ha dicho adiós una persona entrañable que nos ha dejado el corazón sin aliento. Con Damián han muerto también una parte de cada uno de nosotros y muchas cosas de nuestro querido pueblo, Nódalo.
En estos años que ha convivido entre nosotros nos ha enseñado muchas cosas, nos ha enseñado que la palabra HUMILDAD se escribe con hache y que esta letra es muda.
Nos ha enseñado que se puede ayudar altruistamente, sin esperar nada a cambio.
Nos ha enseñado en que eso de que la mitad del mundo habla de la otra mitad, es mentira.
Nos ha enseñado que lo material tiene el valor que tiene pero que se puede hacer con ello un poco más felices a los demás.
Nos ha enseñado que con muchas ganas y con poco se puede hacer demasiado, uniendo y buscando esa excusa para minimizar los problemas diarios.
Nos ha enseñado que se puede compartir, compartir y compartir.
Desde estas líneas borrosas quiero conllevar ese sentimiento de tristeza y a la vez de esperanza con toda su familia y deciros que no estáis solos, que somos muchos los que hemos sentido su pérdida.
Damián, ya has llegado al final de este difícil camino que ha sido la vida, ya has traspasado esa línea mágica. Allá, donde estés, seguro que disfrutarás no sólo de los partidos que juegue el Numancia en los Pajaritos, además podrás visualizarlos y animarles en todos los campos y en el mejor asiento de la mejor tribuna.
Desde allá serás nuestro Cicerone y seguro que nos ayudarás en las dificultades que vayamos encontrando.
Cuenta con nuestro recuerdo.