No sé si me recordáis. Allá por Noviembre y bajo el título de ESTORBO ya me dirigía a todos vosotros muy preocupado por lo que me estaba sucediendo, sí, soy ese peral que vivía cerca de la Senda y que casi me despedía de vosotros porque mis raíces supuestamente habían entrado en el corral de una casa vecina.
Amigos, ya os hablo desde el más allá.
Ahora comparto habitación con el saúco en el cielo de los árboles. Me han talado. Mi vida no ha valido nada, ni mi longevidad, ni el mero hecho de ser un arbolillo frutal han ablandado a mi vecino. Ha exigido que me quitaran del medio, y así ha sido. Ya sólo soy leña. Una pena.
Sí, es una pena que en un pueblo tan pequeño como el nuestro, alguien crea que todo se debe solucionar con amenazas y denuncias.
Mal rollito.