domingo, 28 de marzo de 2010

Nueva colaboración

Ya comenté en su día que agradecería cualquier tipo de colaboración, ya fueran escritos, fotos o cualquier otro recurso interesante que tuviera que ver con nuestro pueblo, Nódalo.
En esta ocasión, Jesús González Cabrerizo, hijo de Julián y Victoria me ha remitido un interesante correo acompañado de dos fotos y una petición que comparto con todos vosotros.
Sé que muchos me leéis aunque no dejéis comentarios. A ver si os animáis y me ayudáis a continuar con este espacio.


Hola Javier, me pongo otra vez en contacto contigo por un caso curioso.
En Navàs, mi pueblo, han hecho un dia que es el dia de la mujer y la vida laboral. Durante el mes han realizado diferentes eventos, uno de ellos fue un concurso de fotografía. Me picaba la curiosidad de competir, pero me daba pereza. A ultima hora, por ayudar a una persona a limpiar una foto, ajustarla y darle el tamaño adecuado al concurso, me enganche y me dije, va yo también, preparé cuatro fotos. Te envío dos, dos fotos de mujeres súper trabajadoras, la hermana Isabel y mi madre. No es lo que en el concurso buscaban, pero la de mi madre se llevó el primer premio compartido con otras dos. Curiosidad, me comenta mi padre que las mulas que dirige trillando mi madre son las del tío Serapio o del abuelo Serapio (no se cuando uno era abuelo y dejaba de ser tío), tu abuelo. Recuerdo bien ese dia, yo tendría cinco años y fue la inauguración del seiscientos, cinco personas, tres adultos y dos niños fuimos a Bilbao y a Soria. Recuerdo muy bien tu hermana, me choco porque siempre estaba llorando. Siempre que íbamos a Nódalo mi madre me decía, esa es la niña que siempre lloraba o esa es la madre de la niña que siempre lloraba, que se quedo como la llorona vamos. Pues eso, aquí tienes una foto de unos cuarenta años del trillo y de las mulas de Serapio y como no de Victoria y como no de Nódalo.


La otra es de cuando preparamos la casa para poder habitarla, unos 22 años, que por cierto, mientras la arreglábamos estuvimos durmiendo en casa de tus padres, jo, como pasa el tiempo.
Mi padre y yo seguimos con mucha atención tu pagina web. Un amigo de un pueblo vecino me llamó para decirme que me vio en Youtube jugando a cartas desde esta web y me dijo que estaba muy currada, tiene curiosidad de venir por ahí. Todo son elogios.
Bueno, nada mas por el momento, seguiré buscando fotos y ya te las iré haciendo llegar.
Se me ocurre una pregunta. Estoy loco por encontrar una imagen de mi abuelo, no lo conozco, mi padre tampoco y mi tío Gregorio daría lo que fuese por tenerla, falleció en 1943, tampoco hace tantisimos años. ¿es un atrevimiento o fuera de lugar poner en uno de tus escritos que se busca alguna foto antigua en la que pudiera salir Candido Cabrerizo Mallo?


Jesús Gonzalo Cabrerizo

sábado, 13 de marzo de 2010

Chaparras


En Nódalo es la chaparra, carrasca o encina el árbol que más puebla el monte. La chaparra puede llegar a vivir hasta los 700 años, ¿os imagináis si hablaran las historias entre pastor y pastora que nos podrían contar?.
No les faltará mucho para que empiecen ya a florecer, mostrándonos esos colores amarillentos que destacarán sobre el color negro de su tronco si es una planta joven o el color ceniciento si es más longeva.
Sus hojas son perennes y pueden aguantar hasta 4 años sin caerse.
Resiste perfectamente los diferentes contrastes climatológicos, no necesita mucho agua, aunque si no llueve con regularidad, como pasó estos de años de atrás pueden empezar a verse desde el Robedillo esas tonalidades más claras que indican que se está empezando a secar, aunque después se recupera.
Las chaparras del monte de Nódalo no son muy altas, difícilmente sobrepasan los 10 metros.
En otoño, si nos damos una vuelta por el Charrascal empezaremos a ver muestras de su fruto, la bellota. Depende de la zona, es más agria al paladar o más dulce, aunque los jabalíes no le hacen remilgos a ninguna. Por Navidad, es frecuente observar una oscura alfombra debajo de cada árbol.

De su corteza se obtenía tanino, una sustancia que servía para convertir las pieles de los animales en cuero, y su madera al ser muy dura se utilizaba para fabricar herramientas, carros y traviesas. De ella también se sacaba el carbón, otro día os hablaré de las carboneras y el trabajo que llevaba para conseguir unos sacos de cisco y de carbón. Actualmente su leña se utiliza para la lumbre.

La verdad es que en los años que yo tengo poco rendimiento he visto que se les haya sacado, para leña y como te la compran en pie y a ojo, una miseria. A pesar de todo todavía hay personas, como mi padre, que se han entretenido en podar poco a poco alguna suerte, a sabiendas que no le va a reportar ningún beneficio, pero cómo dice mi madre, hasta ahora el monte no ha valido nada, pero quien sabe en un futuro. La esperanza es lo último que se pierde.