lunes, 22 de agosto de 2011

Cambio


El verano ya se va cansando de aguantarnos y nos va poniendo a cada uno en nuestro lugar. Yo le hice la pelotilla en Junio y parece que me va aguantando todavía.

La imagen del pueblo ya no tiene nada que ver con los primeros día de mes. Las calles concurridas se han transformado en lugares casi solitarios, las risas de los más jóvenes han dejado paso al ladrido de algunos perros, las hojas del árbol de la plaza ya ni se balancean, esos caminos contentos al ver a muchos de vosotros acompañándolos a última hora de la tarde, cuando el sol ya no aprieta, están mustios y como veis hasta los girasoles están preocupados. La única que parece que está más contenta es la fuente, ya que ahora sus caños se muestran más dadivosos dejando escapar más cantidad de agua.

Dejo este espacio virtual abierto a vuestros sabios comentarios a ver si entre todos dejamos bien palpable nuestra presencia aunque sea a muchos kilómetros de distancia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javier.al fin pude conocer LA MALLONA!!!Me encanta toda la zona.El mes pasado estuve en Nodalo y pude conocer a tus papas.Te envio algunas fotos que saque.Abrazo y gracias!!!

Blas.

Anónimo dijo...

RETOMANDO EL TEMA DE LA FUENTE HE DE DECIRTE QUE AUN NO SE HA RECUPERADO, PROBRECITA. ALGUNO COMENTA QUE ES PORQUE SE ESTAN REGANDO LOS HUERTOS DE ARRIBA Y SEÑALANDO UN NOMBRE EN CONCRETO SOLTANDO LA PERLITA DE LA TARDE (QUE MAL PERDER TIENEN ALGUNOS PADRES DE...)

UN SALUDO
RUTH JIMENEZ (ANTIGUA CASA FIDELA)
PD.PROXIMO EVENTO DIA 24/09/11 COMIDA SOLO MUJERES EN NAFRIA

Anónimo dijo...

Pues sí. El verano se va yendo aunque le cuesta dejarnos. Esta semana pasada ha hecho un tiempo espléndido, con cielos rasos y azules y atardeceres limpios. Eso sí, a eso de las 21.00h se echa la noche encima. Aún queda alguna golondrina despistada por el pueblo y bueno las calles y caminos como bien dices Javier, cada vez están más vacíos. Estuvimos charlando con tu madre y "La Isidora" en la plaza, sobre la dureza de la vida de antes; con siete años cuidando ovejas, durmiendo al raso y esperando a que el Lucero del Alba estuviera en los más alto porque eso significaba que un nuevo día comenzaba. En fin, el pueblo sigue vivo aunque el verano esté empezando a morir.
Saludos.

Luis Mallo.