domingo, 11 de diciembre de 2011

Poco que contar...



Poco que contar. Ayer estuve por Nódalo. Un día soleado y agradecido. Al llegar, los gatos los primeros y los únicos en darnos la bienvenida. Son fieles al hambre.

Nos dimos un paseíto de dos horas. Como no ha llovido a su hora, setas, pocas. Fue la excusa para disfrutar de la mañana, al caminar y rozar los tomillos nos lo agradecían con sus aromas naturales. Un espectáculo.

Parrillada familiar y sobremesa. Como a los niños, las viandas me parecen hasta más ricas y apetitosas. Tienen ese saborcillo a humo y ascuas que hace que se disfrute como nunca de algo tan cotidiano como es comer. Otro día ya para navidades prepararemos ese picadillo envuelto en papel de periódico mojado. Un ratito entre las ascuas y la ceniza de carrasca y ni os cuento. Quita hasta el hipo.

Después el cafelito. De puchero. Con ascua y todo. Hay cosas que deberíamos de conservar a toda costa. Me encanta tanto el café como ese momento que por previsible siempre pasa. Al echarle el ascua después de haber soplado la ceniza siempre se sale el agua.

Se me está ocurriendo la idea de ir recopilando esas viejas recetas de toda la vida de la gente del pueblo. Enviadme algunas, las iré publicando y al final hasta se podría hacer una versión escrita.

La corta tarde fue pasando sin apenas darnos cuenta. Desde las tres cruces, ya casi entre dos luces el sol también quiso decir la suya. Fue un ocaso colorido. Por el Robedillo dos aviones iban haciendo carreras.

Miro hacia el pueblo y parece que todos se han puesto de acuerdo en hacer lumbre. Veo hasta seis chimeneas humeantes.

Y sin más el manto oscuro de la noche se empezó a quejar porque las farolas le empezaban a restar protagonismo.

Hoy escribiendo esto me encuentro ya a cientos de kilómetros, esperando la Navidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nódalo se queda solo, pocos quedan ya, las navidades estan proximas y las personas se recojen con sus familiares. Este puente ha estado disperso, unos tenian el lunes, otros el viernes, hasta el agua de la fuente le cuesta asomarse. En fin, con resaca de puente me cuesta hasta escribir estas palabras.
Un saludo
Ruth Jimenez (antigua casa Fidela)