
Ya se está pasando el verano. Atrás quedan esos días, aunque contados, en los que el pueblo se ha transformado en un elemento vivo. Ahora ya no quedan más que los habituales y poquitos más que pronto emprenderán la marcha. Resta por delante un otoño enmascarado en invierno y un invierno que seguro que tiene lo suyo.
Ya me gustaría el poder competir con los que se quedan, pero el trabajo me marca el paso y el destino un año más. Salud a todos para aguantar lo que queda por venir que ya son muchas primaveras viendo amanecer.