lunes, 4 de noviembre de 2013

En Nódalo


Todos los Santos. Decido matar la mañana buscando setas por Nódalo. No cuelgo fotos ni explico si encontré o no para evitar que después me pongáis a parir con eso de que contribuyo al efecto llamada y me hagáis responsable hasta de que vaya el Chicote.

La mañana es apacible. Nubes y sol. Ricardo me acompaña. Me llama la atención el oír el canto de diversos pájaros, hasta distingo el graznido de un  grajo y el sonido discordante de un arrandrajo. Una mariposa confundida revolotea cerca de mí.

Alzo la vista un momento del suelo y me veo sorprendido por una veintena de buitres volando no muy altos. Muevo los brazos como un poseso, no sea que tuvieran alguna duda.

Acabamos la búsqueda. Por el centro urbano del pueblo poca cosa reseñable. Allí en el puente me topo con mi hermana, Ruth y compañía echando una Mahou y una ganchada de calamares en su tinta, a mí me gustan más los berberechos pero como soy una persona educada sin protestar los pruebo. Deliciosos.

La fuente no hecha ni gota.

Se va haciendo tarde y ya pienso en el cocido con el que mi madre nos agasajará en Soria.

Espero volver para Navidad.

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