La Iglesia

La iglesia de Nódalo fue edificada en honor a San Miguel Arcangel. Por el año 1963 y debido al terreno en el que fue edificada se desmoronó el abside, donde se encotraba un cuidado retablo. Todas las imágenes, incluída la Virgen de Lourdes, las guardaron en la escuela, que estaba debajo de la casa del Félix.

Por aquellas épocas nosotros viviamos al lado. Un día la maestra se dejo la estufa de leña encendida y acabó toda la escuela en llamas, destruyendo todos los iconos que se habían guardado allí. Mi hermano Jesús y yo nos salvamos de la quema por los pelos, y nunca mejor dicho, según nos ha contado mi madre, nos sacaron de allí, rodeados de tanto humo, como pudieron.

Algunos de sus sillares se utilizaron en el cementerio. Lo que hoy queda es la nave, con algunas estancias adosadas posteriormente.

Es una iglesia románica edificada entre el siglo XII y el XIII. En su entrada vemos cuatro arquivoltas de medio punto, la primera, la tercera y la cuarta se apoyan en pilastras escalonadas y la segunda en columnillas que se elevan en un pequeño podio, sus capiteles son figurados. Seguro que has estado muchas veces en el pórtico y no te habías fijado en estos detalles.

En el interior destaca una pila bautismal, creo que se encuentra en la sacristía, de forma hemiesférica, y decorada con bocel en la embocadura, seguido por una cenefa con tallos con forma de olas. A la entrada también encontramos una pila aguabenditera, cuya cavidad tiene forma de capitel con decoración vegetal. Tiene una ornamentación a base de de hojas pareadas muy salientes. Aparecen también representaciones de cabezas humanas y de animales. Fue expuesta en la exposición de las Edades del Hombre que se celebró en el Burgo de Osma.
Actualmente y por todo lo comentado, carece de retablo y podemos encontrar la imagen , sin valor histórico, de San Miguel que creo que se compró en la época de Don Eustaquio y otra en bajo relieve de San Lorenzo, rescatada de la derruída ermita que había en los Prados y que ha sido restaurada con todo detalle por un hijo de Juan López.
Además del mencionado Don Eustaquio- a los curas de mi pueblo se les sigue llamando de don- han pasado por allí otros párrocos como Don Veridiano, Don Román, Don Daniel, Don Macario, por cierto a éste recuerdo que cuando venía por el pueblo había que besarle el anillo como si fuera el obispo, Don Máximo, que celebró las bodas de oro del tio Ángel y la tia Andrea, Don Pedro, que era de Quintana, y el que hay ahora que creo que es tocayo mío, Don Javier.

La iglesia también tiene su campanario, con sus dos robustas campanas, que cuando más se hacen notar es por la fiesta patronal de San Lorenzo. Por cierto después de unas recientes obras han eliminado el balconcillo donde se podía subir para tocarlas a mano, disfrutando a la vez de la bonita panorámica del pueblo. Hoy sólo podemos mover sus badajos vapuleándolos desde el añadido metálico que llega al suelo.

Personalmente me gustaba más como estaba antes.
A pesar de todo deja una estampa magnífica sobre todo cuando está iluminada por la noche, divisándose desde cualquier punto del pueblo.